Tu proyecto ha muerto en la cena de Nochebuena y todavía no lo sabes.

Como si lo viera, una escena que he vivido más veces de las que me gustaría admitir.

Te rodeas de familiares y amigos, besos, abrazos…

Árbol de navidad, guirnaldas… velitas.

Un ambiente cálido lleno de paz y amor.

Alguien te pregunta:

¿Qué tal llevas el proyecto?

Y tú, con el brillo en los ojos y entusiasmado, sueltas en primicia:

Tu nueva idea.

Las mejoras del negocio.

La nueva Web.

Ese proyecto con el que “ahora sí” lo vas a reventar.

Y pasa lo de siempre.

Tu pareja frunce el ceño porque solo oye “riesgo”.

Tu madre te suelta un “pero eso ya lo hace el vecino del quinto”.

Tu cuñado, el profe de primaria, te da 52 consejos no solicitados.

Y tu padre, el que más te quiere, remata con el clásico: “eso no va a funcionar”

Terminas la noche más flojo que un café americano.

Atiende.

El problema no es que tu entorno sea malo.

Es que no está diseñado para entenderte.

No viven de crear, de emprender, de vender.

No saben lo que es construir algo desde cero.

Tu cabeza llena de dudas y tú aguantando el sermón.

Ellos creen que te están ayudando…

Y tú lo interpretas como:

No es tan buena idea…

Esto no le interesa a nadie…

O peor, no vales una mierda.

Lo jodido es que muchas veces lo cuentas porque, en el fondo…

Quieres sentir que ya estás avanzando.

Un poco de aplauso por aquí.

Un poco de atención por allá.

Un poco de “joder qué listo me siento hoy”.

Dopamina barata.

Una sensación de progreso cutre.

Ahí es donde comienzas a perder hambre.

Si todavía no has conseguido resultados.

Cierra la puta boca porque te estás perjudicando sin darte ni cuenta.

Cuando aún no hay resultados, hablar es una forma elegante de joderte.

Si de verdad quieres libertad con tu proyecto…

Necesitas claridad.

Necesitas confiar en tu proceso.

Y necesitas ejecutar a muerte.

Cero tertulia y cero dramas.

Callarte no es ser misterioso.

Es proteger lo único que todavía es frágil:

TU COMPROMISO.

P.D. Mañana te cuento si compartes por estrategia… o por puro miedo.