Si tus no ventas te humillan y te faltan al respeto sigue leyendo…

Mira.

Hay un día en el que dejas de ofenderte si no vendes nada.

Y, curiosamente, empiezas a mejorarlos.

Me habría gustado entenderlo antes.

Hace unos años abría el panel de ventas los lunes por la mañana.

Miraba de reojo y con miedo… cero ventas en la última semana…

Se me paraba el corazón, me entraba una cosa en el pecho… como si el mercado me hubiese insultado.

Es que la gente está tiesa…

es que Instagram capó el alcance…

es que mi audiencia no lo entiende…

Y me quedaba tan ancho, como si quejarme fuese un plan.

A continuación hacía lo siguiente:

Trabajaba el doble para tapar el agujero…

Sin tener ni puta idea de dónde estaba el agujero.

Mucho movimiento, poca ingeniería.

Vamos a ver…

Un negocio no es una opinión sobre ti.

No te insulta. No te mira mal.

Es una puta máquina.

Nada más. Simple. Sencilla.

Responde a unas leyes, no a deseos.

Si metes X por aquí, sale Y por allá.

Y si no sale, no es porque el universo te tenga manía: es porque tu ecuación tiene fugas.

Puede ser que estés atrayendo a quien no puede pagarte.

Puede ser que tu oferta prometa una cosa y entregue otra.

Puede ser que estés metiendo fricción justo en el punto donde la gente debería decir “sí” sin pensarlo tanto.

Pero da igual que coño sea…

El tema es que si lo ves como algo personal, no lo arreglas.

Lo dramatizas y la jodes más.

El cuento de siempre:

Necesito más visibilidad

Necesito más tráfico

Necesito más inversión en publicidad

Necesitas una mierda…

Si tu sistema pierde valor, más visibilidad solo te hace perder valor más rápido.

Como echarle gasolina a un coche que gotea.

Entonces voy a hacer más con la IA…

Mira.

Si la usas para generar ruido y evitar decisiones, te entretiene.

Mejor quédate quietecito.

Pero si la usas para ver los puntos de fuga y el sistema con frialdad…

Entonces te libera.

Si hoy no estás dispuesto a mirar tu negocio como una máquina, mañana te tocará mirarlo como una ruina.

No es nada personal. Nunca fue personal.

P.D. La fuga más cara no está donde tú crees, mañana te cuento…