Llevas meses estancado y no es por los botones de tu vieja web.

No me lo digas, con suerte, llevas unos años de bonanza.

Tu negocio está ya en otro nivel.

Tienes una cartera de clientes. Ventas recurrentes…

Puedes decir que vives bien de tu negocio.

Pero de un tiempo a esta parte sientes que no avanzas…

Spoiler: casi nunca es porque te falte una nueva estrategia.

Yo también me monté el mismo teatrillo:

Más cursos, más libros, más libretas…

Lunes por la mañana, abres el portátil, miras tu lista de tareas interminable.

Dios que pereza…

No porque seas un puto vago.

No.

Sino porque eres el mismo que se dejó los cuernos para levantar el negocio.

Y estás cansado del personaje que te funcionó y te trajo hasta aquí.

Ese personaje ya no da más de si.

Ese personaje suele ser el “currante” que lo arregla todo echando horas, el “controlador” que revisa cada detalle, o el “creativo” que se enamora de ideas nuevas para no tocar lo incómodo.

Y claro: ese personaje no da más de si.

Tirar del carro… empujar y tu cabezonería.

El problema es que esa cabezonería ahora te está jodiendo.

Porque el siguiente tramo del negocio no va de apretar más los dientes.

Va de soltar cosas que te daban identidad.

Y eso da miedo.

No miedo a fracasar.

Miedo a dejar de reconocerte.

Tu excusa favorita es “cuando tenga más tiempo lo retomo”.

Mentira. Tiempo tienes.

Pero no quieres soltar el “yo soy así”.

Intentando jugar en un nivel que ya no perdona tus viejas manías.

Y la IA te puede ayudar a salir de ahí…

Pero solo si dejas de usarla para hacer más de lo mismo.

Si no, solo aceleras y automatizas tu jaula.

Lo que te trajo hasta aquí no te va a llevar más lejos.

Y mientras te aferres, el negocio no está estancado: estás tú.

Tú sigue así, que así te vas a quedar, tú y tu negocio.

¿Hasta cuando vas a seguir en esa puta jaula?

P.D. Pronto te contaré cómo subir al siguiente nivel sin tener que volver a nacer y sin comprar más jaulas.